Durante los meses de diciembre a marzo, las playas del Pacífico mexicano son santuarios y rutas migratorias de cientos de ballenas de más de 30 especies distintas.
Paz es quizás una de las sensaciones que más evocan estos gigantescos cetáceos, sin embargo, al momento de estar en su presencia, la energía que se respira sube de tono segundo a segundo.
Las ballenas regresan año tras año a las mismas bahías, donde el ciclo de vida: apareamiento, crianza y muerte se lleva a cabo. Fue justamente en uno de estos parajes donde durante una expedición, el día menos pensado, nos embarcamos con la ilusión de ver alguna ballena.
30 minutos después de zarpar, el capitán nos alertó que ya estábamos cerca de la zona prometida, disminuyó la velocidad hasta quedar prácticamente inmóviles, de pronto el grito de ¡AHÍ!, ¡ALLÁ!, ¡AQUÍ!, ¡estábamos rodeados!, a donde quiera que volteamos podíamos avistar sus aletas, cabezas y chorros de agua que provocan al respirar.
El mar estaba calmo y el sol se escondía tras las nubes, lo que permitía ver sin reflejos la superficie marítima y distinguir con claridad cada vez que emergía alguna. La experiencia del capitán permitió identificar el área donde se concentraban, ahí apagamos el motor y dejamos que ellas vinieran a nosotros.
Yo me debatía entre continuar viendo el celular con la imagen que recibía del dron que volaba sobre nosotros y que mostraba al menos media docena de ballenas danzando a unos metros o intentar capturarlas cuando salían a nuestro encuentro.
Tras un par de horas de frenesí, reinó la calma. Ya no les resultábamos ajenos, ni ellas a nosotros, así que comenzamos a observarlas con más detenimiento, apreciar sus movimientos y sonidos e intentar reconocerlas por sus rasgos.
El sol comenzaba hacer estragos y la sombrilla fue necesaria, ya estábamos a poco de regresar a puerto cuando una ballena apareció, sin duda para despedirnos de esta increíble experiencia, posó para la foto, se sumergió y cada uno continuó con su camino.
¡Muchas gracias por compartir esta experiencia con nosotros Koukouy!
Puedes encontrar sus fotografías en algunos de nuestros alojamientos.
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Escrito por: Gerardo Cárdenas "Koukouy"
Fecha: 31 de Marzo de 2022
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